viernes, 11 de julio de 2008

Atrapado en otro cuerpo

Tras la aprobación de operaciones de reasignación de género en Cuba, Juani Santos, transexual masculino, y una de las primeras personas diagnosticadas como tal en la isla, en 1972, ha manifestado que su mayor deseo es operarse, "ser un hombre en todo el sentido de la palabra". "Aunque tenga 90 años, cuando se apruebe la operación, si estoy vivo, me la haría. Pediría como condición a los médicos que, si yo me muriera, la llevaran hasta el final para poder morirme como hombre", aseveró Santos.
Para Santos, una de las mayores preocupaciones de su juventud era que lo pararan en la calle y le pidieran el carné de identidad, donde aparecía registrado con nombre y foto de mujer. No pudo cambiar los datos en su documento oficial hasta 1996, tras lo cual manifestó que su vida fue mucho mas fácil, fue una bendición.
"He tenido muy poquitas relaciones de pareja. Casi todas con mujeres heterosexuales y casadas. No soy bonito, pero tampoco soy feo y muchas veces he tenido que hacerme el que no me doy cuenta con mujeres que me han sacado fiesta, para no tener que explicar. Aunque tuviera una opción de vida y 99 de muerte, me operaría de todas maneras."Juani nació mujer, físicamente hablando. Pero en la medida que fue creciendo, notaba que su cuerpo no le correspondía. Se ha sentido hombre, hasta el día de hoy.
"Desde que nací supe que era diferente. Yo nunca quise ser grande. Nunca dije, como otros niños, quiero crecer para hacer esto o lo otro. Cuando tenía 10 u 11 años quería quedarme así, porque sabía lo que me esperaba. Me daba cuenta o lo presentía; no sé…", rememoró Santos, quien tiene actualmente 58 años y labora desde hace más de tres décadas en el sector metalúrgico.
Ahora casi no siento el rechazo de los compañeros de trabajo. Al principio sí. Pero hoy ellos saben mi situación y yo les explico, les hablo. Les pregunto cómo se sentirían si no tuvieran pene, porque lo perdieran por un accidente."
Este transexual, que casi entra ya "en la tercera edad", como él mismo confesó, recuerda con dolor las relaciones con su familia cuando era un adolescente.
"Tuve hermanos que no me trataban. Si me veían, me huían. Las cosas mejoraron algo cuando los doctores fueron a mi casa y hablaron con ellos. Pero encontré mucho apoyo en otras personas."

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