lunes, 3 de marzo de 2008

Pensionistas

Una tenia quince años, la otra diez y seis;
las dos dormían juntas en una habitación.
En una noche cálida y pesada de septiembre.
Frágiles ojos azules y rojeces de fresa.
Las dos se han quedado para estar más a gusto,
La fina camisita de perfume de ámbar
la más joven extiende los brazos y se comba,
y su hermana, las manos en los senos, la besa
Después cae de rodillas y se torna bravia
y tumultuosa y loca, y su boca
hunde en el oro blondo, entre las sombras gríses.
Y la niña, mientras tanto, cuentacon sus dedos bonitos los valses prometidos.
E ingenua, sonrio inocentemente
Pablo Verlaine

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