No, no es un milagro, es el resultado de la diversidad. Aquí os va la noticia con sus claroscuros, el claro que es la convición personal y la fortaleza de llevarla a cabo, y el oscuro que son las trabas que una sociedad repleta de prejuicios pone a dicha determinación. En esta historia creo poder ver ese doble espíritu del que hablaban los indios norteamericanos con respecto a la comunidad transexual.
Thomas Beatie, de Oregón es un transexual en su quinto mes de embarazo. Con suerte será el primer hombre en dar a luz.
Thomas nació con un físico femenino, y se sometío a un tratamiento de cambio de sexo, quitandose los pechos e iniciando una terapia hormonal, aunque mantuvo sus órganos reproductores femeninos.
En una decisión sin precedentes, optó por dejar su tratamiento bimensual de testosterona porque sintió la necesidad de tener un hijo, y puesto que su pareja Nancy, con la que comparte su vida desde hace 10 años, no podía tenerlo optó por tenerlo él. Para Thomas tener un hijo "no es una necesidad únicamente femenina, sino que es parte del ser humano".
Hace un año, gracias a la inseminación artificial y a un banco de semen, lo que parecía imposible se ha convertido en realidad. Sin embargo para ello ha tenido que dar una dura batalla, pues los médicos les han discriminado y algunos familiares y amigos no les han apoyado.
Todo el proceso ha sido, en definitiva, un desafío. Consultaron a otros ocho especialistas y, un año después de haber tomado la decisión de ser padres, consiguieron el acceso a un banco de esperma.
Thomas nació con un físico femenino, y se sometío a un tratamiento de cambio de sexo, quitandose los pechos e iniciando una terapia hormonal, aunque mantuvo sus órganos reproductores femeninos.
En una decisión sin precedentes, optó por dejar su tratamiento bimensual de testosterona porque sintió la necesidad de tener un hijo, y puesto que su pareja Nancy, con la que comparte su vida desde hace 10 años, no podía tenerlo optó por tenerlo él. Para Thomas tener un hijo "no es una necesidad únicamente femenina, sino que es parte del ser humano".
Hace un año, gracias a la inseminación artificial y a un banco de semen, lo que parecía imposible se ha convertido en realidad. Sin embargo para ello ha tenido que dar una dura batalla, pues los médicos les han discriminado y algunos familiares y amigos no les han apoyado.
Todo el proceso ha sido, en definitiva, un desafío. Consultaron a otros ocho especialistas y, un año después de haber tomado la decisión de ser padres, consiguieron el acceso a un banco de esperma.
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