miércoles, 5 de noviembre de 2008

Barack Obama. Se abre una esperanza.

Aunque aparentemente el tema no tenga nada que ver con este blog, si reflexionamos durante unos instantes, nos daremos cuenta que todo lo que suponga un avance hacia la igualdad y el respeto de cualquier minoría, es nuestro avance y nuestra victoria. Por eso me he animado a escribiros este artículo.

“Ahora la Casa Blanca será la Casa Negra, y todos cabremos todos en ella, ¡todos!"
En 1955 un hombre negro comenzó una lucha por la igualdad que recorrería el mundo. Más de medio siglo después su hija Bernice King, aplaudió la elección de Barack Obama como el primer mandatario negro en ocupar la Casa Blanca, al afirmar que su padre "habría estado orgulloso".
Quisiera recordar aquí algunas de las frases con las que describió ese sueño que hoy comienza a cumplirse:
“He tenido un sueño: Sueño que un día esta nación se levantará y vivirá el verdadero significado de su credo: "Afirmamos que estas verdades son evidentes: que todos los hombres son creados iguales". Sueño que mis cuatro hijos vivirán un día en un país en el cual no serán juzgados por el color de su piel, sino por los rasgos de su personalidad. Cuando repique la libertad y la dejemos repicar en cada aldea y en cada caserío, en cada estado y en cada ciudad, podremos acelerar la llegada del día cuando todos los hijos de Dios, negros y blancos, judíos y cristianos, protestantes y católicos, puedan unir sus manos y cantar las palabras del viejo espiritual negro: "¡Libres al fin! ¡Libres al fin! Gracias a Dios omnipotente, ¡somos libres al fin!"
Cuando yo era niño tuve el sueño de que un día gobernarían en EEUU los genuinos americanos; en la juventud soñé que un día el apartheid sería desterrado de Sudáfrica; en la madurez, sueño con un estado Palestino libre. Hoy no existe apartheid y un hombre negro gobernó Sudáfrica. Hoy un negro ha ganado las elecciones a la presidencia de un país con fuertes connotaciones racistas. Hoy se me ha abierto la esperanza de que algún día mi sueño se cumpla como se ha cumplido el de Marthin Luther King.
Barack Obama, ha sido elegido Presidente de los EEUU 143 años después de la abolición de la esclavitud en los EEUU y 44 después del fin oficial de la segregación. Cuando él nació en algunos estados de los EEUU el matrimonio interracial estaba prohibido y los negros no tenían garantizado el derecho al voto. Y lo ha conseguido a pesar de una campaña electoral de su adversarios donde se han vertido soflamas que incitaban a la división, el racismo, la islamofobia e incluso la violencia.
En un país en que casi un 13% de la población se encuentra bajo la raya de la pobreza., mientras los 400 miembros de consejos de administración mejor pagados tienen un sueldo medio de ocho millones de euros anuales, y los 20 primeros de la lista, multiplican por tres esa cantidad, Obama ha recaudado el voto más humilde. La victoria más arrolladora la ha encontrado entre jóvenes, mujeres, negros, hispanos y pobres.
Resulta evidente que Obama ha conseguido ilusionar a los empobrecidos. Y distintos analistas políticos creen que acaricia el proyecto de adoptar una serie de medidas inmediatas de profundo calado social, emulando el New Deal de Roosevelt.
Barack Obama tiene sin embargo una herencia envenenada, la que le ha legado un antecesor que merece estar en las páginas malditas de la historia.
Y a mi sueño americano le falta la solución de la marginación indígena. El mismo día en que se elegía al próximo inquilino de la Casa Blanca, los descendientes de los sioux que sobrevivieron al genocidio perpetrado contra los indios a finales del siglo XIX, votarán para designar un caudillo capaz de exigir al Gran Jefe de Washington que remedie la miseria a que permanecen condenados. Uno de sus candidatos Russell Means se tiñe de amargura cuando recuerda que los Estados Unidos se negaron a firmar la Declaración de Derechos de los Pueblos Indígenas en la ONU. Y nos conviene recordar que el mismo presidente que decretaba la Ley de Emancipación de los Esclavos, decretaba el ahorcamiento público de los Dakota y los Sioux en el año 1862, cuando tras un alzamiento en Minnesota fueron ahorcados 38 indígenas, la mayor ejecución pública en la historia de los EE.UU.
El mensaje de Obama es un discurso positivo basado en la unidad y el cambio para un país que ya no es blanco. Un mensaje transmitido con nobles palabras que no se oían en el mundo desde hace medio siglo. Un mensaje que levanta ilusiones aunque todos supongamos que no va a estar a su altura, como es difícil que lo esté de las expectativas que ha levantado.
Pero haga lo que haga Barack Obama, el sólo hecho de su elección ha cumplido un sueño, ha cambiado el mundo y ha abierto una esperanza a todos los oprimidos del mundo.
Felicidades Obama, felicidades América.
Anubis.

1 comentario:

Roberto dijo...

Si no me acuerdo mal, en su campaña electoral se han pasado por alto las reivindaciones de los inmigrantes (que en EEUU son bastantes) sencillamente por no tener voz ni VOTO, ...así que queda claro cual es su papel.