En el Día Internacional del Orgullo Gay, quienes permanecen invisibles y discriminados por desear y sentir fuera de la norma heterosexual serán protagonistas por un día. España es uno de los países más avanzados en el reconocimiento formal de los derechos del colectivo, pero las asociaciones denuncian que la homofobia sigue causando acoso laboral y escolar, agresiones verbales e incluso físicas a lesbianas, gays, transexuales y bisexuales.
Los inmigrantes resultan especialmente vulnerables a la intolerancia. Su condición es un motivo añadido para ser objeto de múltiples discriminaciones. "A menudo, la comunidad de origen les rechaza por homosexuales y la autóctona, por inmigrantes", lamenta Sergio Íñiguez, miembro de la asociación Gehitu. Unas condiciones de vida precarias "les obligan a ocultar férreamente su orientación, por ejemplo por miedo a un despido", añade Lala Mujika, psicóloga de Aldarte. Al colectivo transexual, el más discriminado, se le exige la nacionalidad española para tramitar el cambio de nombre. Aunque la condición sexual sea a menudo determinante para emigrar, el Gobierno español "no concede asilo político a las personas perseguidas por ello", critica CEAR.
El desarraigo es el principal problema de los inmigrantes. La falta de una red social fuerte que les apoye y respete les condena a "mayores dosis de silencio, invisibilidad, miedo y dudas".
Derechos para todos
- Manifiesto. Las asociaciones de lesbianas, gays y transexuales de Vizcaya reclamaron ayer el respeto a los derechos sexuales de los colectivos más desprotegidos, como los inmigrantes, discapacitados y ancianos. En un manifiesto conjunto, respaldado por la Diputación de Vizcaya y el Ayuntamiento de Bilbao, lamentan que "añadir los vocablos mujer, inmigrante, mayor, pobre, sida o discapacitado al vocablo homosexual significa un plus más de silencio, discriminaciones y estigmatización".
Los inmigrantes resultan especialmente vulnerables a la intolerancia. Su condición es un motivo añadido para ser objeto de múltiples discriminaciones. "A menudo, la comunidad de origen les rechaza por homosexuales y la autóctona, por inmigrantes", lamenta Sergio Íñiguez, miembro de la asociación Gehitu. Unas condiciones de vida precarias "les obligan a ocultar férreamente su orientación, por ejemplo por miedo a un despido", añade Lala Mujika, psicóloga de Aldarte. Al colectivo transexual, el más discriminado, se le exige la nacionalidad española para tramitar el cambio de nombre. Aunque la condición sexual sea a menudo determinante para emigrar, el Gobierno español "no concede asilo político a las personas perseguidas por ello", critica CEAR.
El desarraigo es el principal problema de los inmigrantes. La falta de una red social fuerte que les apoye y respete les condena a "mayores dosis de silencio, invisibilidad, miedo y dudas".
Derechos para todos
- Manifiesto. Las asociaciones de lesbianas, gays y transexuales de Vizcaya reclamaron ayer el respeto a los derechos sexuales de los colectivos más desprotegidos, como los inmigrantes, discapacitados y ancianos. En un manifiesto conjunto, respaldado por la Diputación de Vizcaya y el Ayuntamiento de Bilbao, lamentan que "añadir los vocablos mujer, inmigrante, mayor, pobre, sida o discapacitado al vocablo homosexual significa un plus más de silencio, discriminaciones y estigmatización".
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