Hola, os escribo desde ese lugar imaginario que para algunas personas es la acera de enfrente, no existe; es una convención machista a la que también recurrían, bueno es posible que aún lo hagan, algunas mujeres, y es que la homofobia no es algo exclusivamente masculino, es un problema, simple y llanamente,de una educación social que tanto se echa en falta no sólo en España sino en una gran parte de los países del mundo, y que es un síntoma de la incivilidad existente a lo largo y ancho del planeta.
No quiero daros la perorata sobre los consabidos lugares comunes tan manidos y trillados por lo que paso directamente al grano. ¿Os creéis unos apestados? ¿Pensáis que sois los únicos? Pues ni lo uno ni lo otro, estáis dentro del selecto grupo de los diferentes, los heterodoxos, los que obligan, en ocasiones, a la sociedad a mirarse en un espejo que les devuelve una imagen que no les gusta y eso al personal le jode bastante. Le jode porque el miedo es terrible y, para algunos, la mínima posibilidad de salirse de un camino trillado, de salirse de la moda estadística les aterroriza y eso les hace violentos, intolerantes y en ocasiones la pagan con vosotros, no por nada, simplemente porque os tienen miedo.
Creo que debéis hacer un esfuerzo importante por perder el miedo a no estar en la moda estadística entre otras razones porque la media y la moda están formadas por grupos que sumados dan el todo. No existirían los unos sin los otros, todos juntos componemos una sociedad que precisamente en su variedad tiene su riqueza. Podéis hacer ese esfuerzo o acabar como ellos, acojonados aunque no se les note porque van de machitos o de machitas, que de todo hay.
Este que os escribe, también pertenece al grupo de la heterodoxia, al de los diferentes, simplemente por haber tenido la osadía de elegir la libertad de pensamiento como bandera, la misma libertad que me llevó a criticar en los años 80 el que los homosexuales siguiesen siendo considerando como peligrosos sociales y que me hace contar entre mis amigos a algunos de entre los vuestros. Esa misma actitud traté de trasmitírsela a mis hijas, creo que con éxito al contar entre sus amistades con colegas de todo pelaje y condición, y por esa misma idea lucho en la medida de mis posibilidades, escasas, para que algún día que espero no demasiado lejano podamos vivir en una sociedad más libre, igualitaria y fraterna.
Yo hace muchos años que perdí el miedo, creo fui tan inconsciente que realmente nunca lo tuve, y, aunque en ocasiones me consideraron un excéntrico, ahora llevo con orgullo, y públicamente, mi pertenencia a la denostada, calumniada y perseguida sociedad masónica. Perded el miedo, enfrentaros al vuestro y al de los otros, aprended a vivir en libertad que es la manera más peligrosa, pero quizás la única que merece la pena, de hacerlo. Salid del ghetto y no salgáis del armario porque realmente no estáis en ninguno. Sed más felices, haréis a los demás más felices.
Ah, tampoco hace falta que os convirtáis en héroes. Bofetadas las mínimas y a ser posible ninguna pero tampoco os dejéis pisar
Buen día y buena suerte
Pedro-José Vila
No quiero daros la perorata sobre los consabidos lugares comunes tan manidos y trillados por lo que paso directamente al grano. ¿Os creéis unos apestados? ¿Pensáis que sois los únicos? Pues ni lo uno ni lo otro, estáis dentro del selecto grupo de los diferentes, los heterodoxos, los que obligan, en ocasiones, a la sociedad a mirarse en un espejo que les devuelve una imagen que no les gusta y eso al personal le jode bastante. Le jode porque el miedo es terrible y, para algunos, la mínima posibilidad de salirse de un camino trillado, de salirse de la moda estadística les aterroriza y eso les hace violentos, intolerantes y en ocasiones la pagan con vosotros, no por nada, simplemente porque os tienen miedo.
Creo que debéis hacer un esfuerzo importante por perder el miedo a no estar en la moda estadística entre otras razones porque la media y la moda están formadas por grupos que sumados dan el todo. No existirían los unos sin los otros, todos juntos componemos una sociedad que precisamente en su variedad tiene su riqueza. Podéis hacer ese esfuerzo o acabar como ellos, acojonados aunque no se les note porque van de machitos o de machitas, que de todo hay.
Este que os escribe, también pertenece al grupo de la heterodoxia, al de los diferentes, simplemente por haber tenido la osadía de elegir la libertad de pensamiento como bandera, la misma libertad que me llevó a criticar en los años 80 el que los homosexuales siguiesen siendo considerando como peligrosos sociales y que me hace contar entre mis amigos a algunos de entre los vuestros. Esa misma actitud traté de trasmitírsela a mis hijas, creo que con éxito al contar entre sus amistades con colegas de todo pelaje y condición, y por esa misma idea lucho en la medida de mis posibilidades, escasas, para que algún día que espero no demasiado lejano podamos vivir en una sociedad más libre, igualitaria y fraterna.
Yo hace muchos años que perdí el miedo, creo fui tan inconsciente que realmente nunca lo tuve, y, aunque en ocasiones me consideraron un excéntrico, ahora llevo con orgullo, y públicamente, mi pertenencia a la denostada, calumniada y perseguida sociedad masónica. Perded el miedo, enfrentaros al vuestro y al de los otros, aprended a vivir en libertad que es la manera más peligrosa, pero quizás la única que merece la pena, de hacerlo. Salid del ghetto y no salgáis del armario porque realmente no estáis en ninguno. Sed más felices, haréis a los demás más felices.
Ah, tampoco hace falta que os convirtáis en héroes. Bofetadas las mínimas y a ser posible ninguna pero tampoco os dejéis pisar
Buen día y buena suerte
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