sábado, 27 de octubre de 2007

El ejército espartano

Los espartanos eran temidos porque su estructura social cerrada, autoritaria y bélica funcionaba a la perfección en su contexto histórico. Eran los guerreros más temidos y los mercenarios que cualquier ejército anhelaba tener en sus filas. ¿Por qué? Por dos razones: porque un espartano nunca se retiraba del campo de batalla y por ese derroche de fuerza y energía que mostraban en la batalla. Lo primero lo explica el orgullo y el resultado de una educación que contempla la retirada con la pérdida del honor. Lo segundo sólo lo explica el tipo de formación militar.
De niños son separados de sus madres y llevados a una academia militar en una zona de la ciudad exclusiva para los hombres. Empiezan desde lo más bajo acostumbrándoles al dolor, a la competitividad y a la supervivencia llegando incluso al robo o la rapiña para subsistir. El mundo de un hombre espartano gira entorno a la guerra y a la muerte en el campo de batalla que le asegurará honor para su familia y un lugar digno en el más allá. Su única actividad es ejercitarse y estar preparados en cualquier momento para batirse. Pero este sistema añade otro aspecto. Los niños son acogidos bajo la custodia de un mentor basado en una relación de admiración del menor a un sabio guerrero. Este vínculo podría derivar a una relación homosexual, pero no es algo obligatorio. Pero lo que si es más habitual que tantos años de convivencia dentro de un mismo grupo hacen que aparezcan unos vínculos amoroso-afectivos entre los compañeros que suelen ser de por vida. Y eso es la base de la fuerza espartana. Siendo un poco bestias la belicosidad espartana no es porque son grandes soldados… es porque su motivación es muy fuerte. Defender su vida y la de su amigo-amante. Terminar la batalla y seguir vivos.

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